Heroína de la defensa de la libertad
Nació el 2 de septiembre de 1804 en la Rivera del Tarro, Granada.
Falleció el 26 de mayo de 1831 en Granada.
Fue una liberal española del siglo XIX ejecutada en la década Ominosa, durante el reinado de Fernando VII.
Fue hija de Mariano (capitán de navío de Granada y caballero de la Orden de Calatrava) y María de los Dolores, familia no matrimonial.
La pareja vivió en Sevilla donde tuvo una hija que fallecería al poco de su nacimiento. Al poco de la tragedia se trasladaron a Granada y tuvieron su segunda hija siendo Mariana la que tenía la patria potestad de la niña. Tras salir Mariana y la niña de la casa familiar fue denunciada el 12 de noviembre de 1805 y fue obligada a entregar la niña al padre de la niña. Tras el fallecimiento de éste la niña pasó por varios tutores quedando, durante la infancia de la niña, a cargo de una pareja dependiente, lo que impidió a Mariana no solo tener la patria potestad de la niña sino también al uso y disfrute de todos los bienes de los que vivía.
 |
En 1823 Mariana se centró en la causa de la libertad. Al coincidir con diversas personas en círculos cerrados, entre ellos el militar Casimiro fue condenada de manera popular lo que le forzó a su traslado a Granada.
Cuando volvió a Granada ayudó a un primo suyo Fernando a escapar de la cárcel donde cumplía condena desde 1827 por haber participado en diversas conspiraciones liberales organizadas por los exiliados de Gibraltar.
Tras un noviazgo, Mariana se casó con el abogado José de la Peña. De esta relación nací en 1829 una niña reconocida como heredera de José. Tuvo conexiones con los «anarquistas» de Gibraltar y la policía granadina estaba convencida de que Mariana estaba directa o indirectamente implicada en los preliminares de una insurrección.
El 22 de marzo de 1831 Mariana Pineda fue detenida en su casa de Granada. Fue «aprehendida... teniéndosela legalmente... por autora del horroroso delito», según el relato del fiscal que presentó en el juicio al que fue sometida.
De momento fue confinada en su propio domicilio, bajo la custodia de un guardia, de donde escapó tres días después aprovechado un descuido del vigilante disfrazada de anciana, pero el guardia logró alcanzarla en la calle. A causa de este intento de fuga fue recluida en la cárcel de mujeres de mala vida del convento de las Arrecogidas Santa María Egipcíaca.
Dada su condición de mujer, no la consideraban uno de los dirigentes de la conjura liberal que creían que estaba en marcha en Granada, sino que la detuvieron para que denunciara a sus cómplices hombres, cosa a la que ella se negó hasta el final. Así tres semanas después de la detención de Mariana la administración de Justicia de Granada decidió que su causa pasara a las manos de Pedrosa.
La policía encontró lo que ellos llamaron "prueba": una supuesta bandera a medio bordar y en las que estaban esbozadas las palabras de un posible lema. El fiscal le imputó el delito de rebelión contra el orden y el monarca. Castigado con pena de muerte.
El defensor de Maniana defendió que en España no hubo logias masónicas femeninas hasta mucho más tarde, a finales del siglo XIX d. C., y que, como lo ha corroborado un experto en el tema, «el triángulo donde aparece el lema Libertad, Igualdad, Ley corresponde indiscutiblemente a divisa masónica, desde 1746. Los colores morado y verde, durante el siglo XIX d. C., corresponden al grado 22 de la masonería, es decir, al de Caballero de la Real Hacha.
estar en contacto con masones y prepararles algunos distintivos para sus logias». Sin embargo los masones se confundían con los grupos de conspiradores liberales que estaban tramando en esos meses un levantamiento generalizado por todo el sur andaluz.A pesar de la defensa, Mariana Pineda fue condenada a muerte.
El día de su ejecución al parecer había preparada una operación destinada a liberarla durante el trayecto que conducía del convento de las Arrecogidas San María Egipciaca, donde había permanecido internada, hasta el Campo del Triunfo donde estaba montado e garrote vil, pero no pudo ser. Así pues el 26 de mayo de 1831, a los 26 años de edad fue ejecutada.
Su ejecución pretendió castigar la causa de los liberales, lo que la convirtió en una heroína para el pueblo y en un símbolo popular de la lucha contra la falta de libertades. Los restos de Mariana de Pineda fueron inhumados en el cementerio de Almengor. En 1836 fueron exhumados y depositados sucesivamente en la basílica de la Virgen de las Angustias. En 1954 se volvieron a exhumar los restos colocándose la urna de nuevo en dependencias municipales para finalmente, en 1856 permanecieron en la Catedral de Granada.
Vídeos de interés:
Fuentes de información: